Ya volvemos de la playa
Mi mujer (quien?) esta mu morena.
Y yo estoy agobiao
Con el culo lleno arena
You are mild-mannered, good,strong and you love to help others.
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Aclaración: este es un relato que estoy escribiendo por partes. Lo hago de manera desordenada y más o menos improvisada, pero detrás de todo hay un sentido. Por eso recomiendo leerlo en el orden que los he escrito, aunque el orden real de los acontecimientos esta entre paréntesis. Primero se debería leer:
http://lejosdearcadia.blogspot.com/2007/06/escarcha-iii.html
http://lejosdearcadia.blogspot.com/2007/06/escarcha-i.html
Gracias.
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Decir que no me apasiona mi trabajo sería un eufemismo demasiado benévolo e inmerecido para este conglomerado de hormigón, metal y vidrio opaco que llamo oficina. Cada día me cuesta más atravesar las puertas automáticas, que llevan meses estropeadas, y adaptarme al olor a rutina y desinfectante que desprenden el suelo y las paredes. A los ojos de un visitante esporádico, o mejor dicho, al olfato, el ambiente es inmejorable. Sobrio, todo perfectamente colocado y con un olor a limpio que invita a confiar en nosotros como guardianes de los sueños de los demás. Sueños, en forma de dinero, que nosotros convertimos en inversiones. Un matadero de sueños, es quizá lo que mejor define a este, mi segundo hogar.
Por fortuna no estoy a solas con mi nausea. Entre cientos de robots, cuya alma ha sido amputada tras años de matar sueños, aun quedamos un pequeño reducto de corderos, que están en vías del sacrificio.
- Buenos días
- Hola... que tal?
Puede parecer una conversación banal, pero es difícil imaginar lo esperanzadora que resulta, ante la dolorosa indiferencia del resto de compañeros.
- Bien, algo cansado. He salido a correr por la mañana – bromeo con un chiste que solo yo entiendo
- ¿Te has enterado que se ha suspendido la reunión con los japoneses?
- Mejor. Así podemos tomar un café
- ¿Por qué no invitas a la rubia nueva? He notado que te mira con unos ojillos...
- Ja. No creo que a mi chica le hiciese mucha gracia
A mi no me engaña. Lleva semanas tratando de liarme con alguna. Primero fue la chica de las fotocopias. Luego aquella camarera del Plaza. Y ahora la rubia nueva. Siempre he notado que le gustaba mi mujer, pero de ahí a que trate de sembrar cizaña entre nosotros hay un abismo. Sabe de nuestros problemas y quiere aprovechar el momento. ¿Hay algo más ruin?
- Pero... yo creo que no le importaría – Me responde sin ocultar la ansiedad en su mirada
- ¿Qué estas diciendo? ¿No crees que estas yendo demasiado lejos? – mi tono se tinta más de ira a cada palabra que digo.
Noto que su cara cambia. Me rehuye la mirada y comienza lo que parece un tartamudeo culpable que no construye ninguna palabra. Me doy cuenta de que le agarro por la solapa, mientras un murmullo acuciante abarrota todos los recovecos de mi mente.
- Esta loco
- Pobrecillo
- Deberían echarle
- O encerrarle
- Silencio – Una voz clara y fuerte interrumpe el torbellino, justo antes de vencerme ante él y comenzar a golpear la cara de mi desafortunado interlocutor – Todos a seguir trabajando
Nos dirigimos a su despacho. El jefe de personal siempre ha sabido lidiar con sus empleados, siendo justo y razonable, lo cual le ha granjeado una gran confianza y respeto.
- ¿Se puede saber que te pasa?
- A mi nada. Solo que hay gente que no tiene sentido de la propiedad
- Explícate
- Verá... mi mujer y yo no estamos pasando una buena racha – el gesto de su cara cambia. Juraría que me está compadeciendo – y parece que hay algunos que quieren aprovechar el momento para robármela
- Entiendo. No es un tema sencillo desde luego – mide sus palabras - Pero, respecto a tu mujer...
- ¿Qué? – le interrumpo una frase que se que no va a terminar de todas maneras
- Mira, lo mejor es que te tomes el resto del día libre. ¿Tienes cita hoy con Cifuentes?
- A las 2
- ¿Y que tal llevas el tratamiento?
- Mucho mejor. He dejado de tomar los ansiolíticos, no creo que los necesite.
- Ya veo. Bueno, será mejor que le comentes lo ocurrido hoy y tu decisión de interrumpir la medicación.
Me sorprende que se muestre tan paternal. Generalmente es más distante con todo el mundo. No me disgusta, pero es bastante raro. No se como tomármelo. Aunque me siento más tranquilo, hablar de este tema me ha vuelto a revolver las tripas. Necesito salir de ahí. Será mejor hacerle caso.
- Sí, se lo comentaré. ¿Le importa que me marche?
Sin escuchar su respuesta, que sé que es positiva, abandono la estancia apresuradamente y sin recoger ni mi maletín me dirijo aparatosamente hacia la salida. Me siento observado, aunque ya no escucho el murmullo. A lo lejos veo la solapa de antes, medio escondida tras un ficus. No merece la pena. Ahora lo prioritario es salir a la calle y tomar una bocanada de aire contaminado, pero más puro que el alquitrán en que se ha tornado el de la oficina. Cuando abandono el edificio reparo en que hay unos operarios arreglando las puertas. Ya era hora.
- Por fin van a solucionar lo de las puertas – le digo al conserje, interrumpiendo momentaneamente mi huida
- ¿Por fin? Está claro que hay quien no puede vivir sin las puertas automáticas
- Pero si llevan así cinco meses.
- ¿Cinco meses? Creo que se está confundiendo señor. Eso fue en febrero, por la huelga del sector. ¿No recuerda la horrible tormenta que caía el día que la arreglaron?
- No
- Pues así es, parecía que no hubiese llovido nunca. Al menos esta vez...
Parece querer decir algo más pero yo ya no le escucho. Mi necesidad por salir a la calle supera a mi necesidad de respirar. ¿Dónde habré puesto los ansiolíticos? Atravieso las puertas, dándole sin querer una patada al operario. Cuando por fin llego a la calle, me percato de que no necesitaba más salir, que respirar. Y lo hago mientras caigo inconsciente al suelo, desmayado, ahogado por mis lamentos.
Al menos ahora podré descansar.
El pasado 21 de junio comenzó el rodaje de la nueva aventura del arqueologo más famoso, bajo la dirección de Steven Spielberg. La película discurre en la década de los 50 y cuenta en su reparto, además de el ya algo mayor Harrison Ford, con Shia LaBeouf (Transformers... dicen que va a ser el nuevo chico de moda), Cate Blanchett, John Hurt, Ray Winstone y Jim Broadbent.
La fecha prevista para su estreno, que no sería de extrañar que fuese a nivel mundial, es el 22 de mayo de 2008.
¡Seguidme! Conozco el camino
y no me llames Junior!!! (llamadle senior ya al abuelete)
Aclaración: este es un relato que estoy escribiendo por partes. Lo hago de manera desordenada y más o menos improvisada, pero detras de todo hay un sentido. Por eso recomiendo leerlo en el orden que los he escrito, aunque el orden real de los acontecimientos esta entre parentesis. Primero se debería leer:
http://lejosdearcadia.blogspot.com/2007/06/escarcha-iii.html
Gracias.
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La luz atraviesa poderosa, segura de si misma, los amplios ventanales de nuestra habitación. Yo, de pie junto a nuestra cama, termino de ponerme la chaqueta del traje que tan poco te gusta. Ese que cada vez que me pongo insinúas, con esa forma tan literal de insinuar que tu tienes, que me hace el “culo-pollo”. Mientras, observo embelesado el revuelo de sábanas que, sobre nuestra cama, conforma una tupida selva. Se que te escondes dentro de ella, apurando los últimos instantes de sueño antes de comenzar el día. Me atrae, y estoy a punto de abalanzarme como un explorador a recorrerla, utilizando como machete contra las ramas la punta de mis dedos contra las sábanas. En busca del corazón de tu selva, donde un manantial de agua fresca espera a este aventurero, sediento de tí. Sin embargo me contengo. Llego tarde. Ya habrá tiempo, más adelante, para exploraciones. Tan profundas como sea preciso.
- Hoy va a ser un día duro cariño. Tengo tres reuniones, nada menos. Últimamente estoy más tiempo reunido que haciendo cosas de provecho... En fin, paciencia.
No respondes. Has debido volver a quedarte dormida. Mejor no despertarte aun. Los días que te gana el sueño la batalla tienes un humor de perros. Además, siempre me ha encantado verte dormir. Emanas paz y belleza. Cuando te observo, no puedo contener la emoción que me embarga, que me hace sentir vacío por dentro al saber que todo lo que tengo te pertenece y que sin ti, nada tendría sentido.
No entiendo... no se porque tenemos entonces que discutir. Una mala época. Tú y tus salidas nocturnas, improvisadas, inexplicables, inexplicadas. Yo y mis ataques de furia. Aunque sabes que nunca te haría daño, princesa. Pero parece que ahora todo eso está mejorando. Me siento bien, como antes. Y creo que tu también vuelves a estar ilusionada. Se acabaron tus huidas, que nunca me dijiste y nunca pregunte, a donde te conducían.
- ¡Ah!, llegaré un poco tarde a comer. Hoy me ha retrasado la cita el Dr. Cifuentes media hora. ¿Me esperarás?
Definitivamente estas completamente dormida. Un filo frio secciona la habitación y parte en dos mi entereza. Una extraña sensación se apodera de mi pecho. Algo parecido a la incertidumbre del que ama y no sabe si es o podrá ser correspondido algún día. Una angustia que no mata, pero duele. Dulcemente. Salvo que este dolor tiene poca dulzura. Necesito salir de ahí. Necesito irme.
Termino de recoger mis cosas: mi pequeño maletín, las llaves del coche... ¡Vaya! Casi olvido la cartera. Esta todo. Comienzo el camino hacia la puerta. El pasillo que nunca se acaba. Parece mentira que cundan tanto cuatro metros. Solo lo hacen cuando hay que fregar, pintar las paredes o escapar de una sensación que exprime las entrañas. Sin embargo hay que ver lo poco que son cuatro metros cuando se quiere poner una mesa y dos sillas.
Sumido en estos absurdos pensamientos, que me alejan levemente del abatimiento, alcanzo mi ansiado objetivo: el pomo de la puerta. Lo agarro con avaricia. Forcejeo con el hasta percatarme de que la llave esta echada. Nunca tuve claustrofobia, pero se que debe ser algo parecido. Intento meter la llave, pero jamás el agujero fue tan pequeño. Me siento como un borracho cuyo unico deseo es desplomarse en su cama, y al que Baco, dios travieso, le mueve la mano en distintas direcciones. Al final atino, y he de decir que es una de las penetraciones más placenteras de mi vida. Abro la puerta. Salgo a la calle.
Cuando recupero el control de mi mismo me percato de mi situación. ¿Por qué corro? La gente me mira, con la compasión que tanto irrita, con la que el sano contempla al enfermo. Debo tranquilizarme. Dejar de sudar. El trabajo espera. Y yo ya me siento a salvo.
Atención: el pequeño texto que viene a continuación es pura ficción. Esta inspirado en el libro de Max Aub, Crímenes ejemplares, y en una frase que ayer me dijo una amiga mía. Los implicados saben de que hablo. Los que no, intentad enclavarlo en el género del humor negro, que os veo avisando a la policía por autoconfesión :P
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- No la violé. Trataba de conquistarla.
Por la mirada del inspector de policía deduje que no me creía. Pero así era. ¿Por qué iba a mentirle ahora? Ya nada importaba. Ella estaba muerta. Y yo me sentia apenado, pero era consciente de que hice todo lo que pude por demostrarle lo que sentía.
Cuando ella me lo pidió, insinuandolo entre huecas palabras, se desató el deseo que mantuve preso en un punto intermedio entre mi mente y mi alma durante tantos años. Por vez primera sabía lo que hacer, como llegar a su corazón.
Tan solo trataba de darla lo que ella quería. Ella se resistió. Tenía miedo de que la volviesen a hacer daño, una vez más. Nada más lejos de mi intención. Deseaba que ella me amase, y ese era el único modo.
Los golpes, arañazos y la ropa rasgada, exiliada de su cuerpo, fueron apenas pequeños envites de mi seducción.
Que accidentalmente cayesemos al suelo, impactando su craneo contra un desafortunado bordillo, derramando una mezcla de sesos, ideas y sangre, fue simple mala suerte.
Y que tras este desgraciado incidente continuase lo que había empezado, hasta finalizar por completo la tarea, son, como decirlo, cosas que pasan. No me gusta dejar nada a medias.
Deben comprenderlo.
Yo solo quería cumplir sus deseos. Y los míos. Ella lo dijo, sin mostrar ningún signo de duda.
- Tu eres el típico hombre al que quieren todas las madres
Era evidente. Solo había una manera de conseguir que me amase.
Fiestas que comprenden desde este viernes hasta el siguiente martes. Cinco días intensos, que luego se complementan con tres estupendísimos días de cierre. Y aun hay más!!! Ya que el fin de semana que viene es el cumpleaños de mi estimado Joselillo. Así, la cosa queda como sigue:
Viernes: Prueba médica de mi padre. Crucemos los dedos. Pregon, actuación de la Cabra Mecánica y posterior bebercio
Sabado: Actuación de Nena Daconte. Si el tiempo lo permite, botellón en la pradera. Superquedada con no se cuanta gente. Me da igual, yo me voy a enganchar a tito ballantines que me acune. Si no, como el año pasado, botellón debajo de un arbol.
Domingo: Actuación de La Quinta Estación (si si si). Luego más juerga, si el cuerpo lo permite. Si no, a dormir a casa como el año pasao.
Lunes: Comida en el japo de av. de America con Maria y si se apunta alguien más. Posterior concierto de Fangoria y luego más posible politiqueo y copeo (que original)
Martes: Entierro de mi persona Actua el Antoñito Carmona. Fin de fiestas y traca final.
Este es mi plan de vida más inmediato. Si algún lector habitual u ocasional quiere apuntarse, será muy bienvenido.
Los dias siguientes serán un infierno. Resaca de 3 dias más curro inmenso para luego terminar en Toledo de celebración cumpleañil. No paramos.
Lo dicho, nos vemos en las peñas o nos leemos, cubata mediante, por aqui.