
Hoy me miro en ese espejo y veo pedazos de mi. Quiero tocarlo, aun sabiendo que puedo cortarme. Queriendo, incluso, sangrar, y sentir que aun sigo vivo. Pero lo toco y no sangro. Me doy cuenta de que no está roto. Incluso dudo que llegase a caer el dia que saliste de mi vida. El espejo no está hecho añicos. Soy yo que me desmorono. No puedo cambiarme por otro, como pude hacer con el espejo. Y los trozos son tan pequeños que no se si sabré pegarlos. Ni siquiera se como podría hacerlo.
Decido hacer lo unico que tiene sentido. Cojo un martillo, lo empuño con fuerza, y golpeo mi imagen desfigurada. Miles de cristales salpican toda la habitación y un extraño sentimiento de satisfacción me invade.
Vacio el armario, recojo tus cosas, escondo tus fotos, mis recuerdos... el pasado.
El espejo esta roto. Yo también sigo roto. Pero ahora puedo echarle la culpa al espejo y seguir mi camino.
Otra noche más sin soñar. Otra noche, Lejos de Arcadia.