martes, 1 de septiembre de 2015

Puertas abiertas (II)


Hace ya unos cuantos años comencé este blog con un objetivo incierto. Como en alguna de mis entradas argumento... ¿por qué siempre hay que tener un motivo? 
Sin embargo, mucho tiempo después, he averiguado que, aunque no había causa, la consecuencia principal de este blog ha sido conocerme más a mi mismo. Es cierto que he querido compartir ideas, historias, sueños y, porque no, tonterías. Con amigos y extraños. A veces, muchas, con un trasfondo más o menos personal, disfrazado de falsa ficción. De esas historias que, quien sabe de que va la cosa, no necesita mucho más para entender. Otras, simplemente ideas o conceptos que he querido transmitir, con mejor o peor acierto. Pero casi siempre con mi mejor intención.
De manera recurrente me sorprendo a mi mismo releyendo mis entradas en lo que es ya un trocito de mi. No puedo evitarlo, me gusta leerme. Es fácil pensar que soy un poco egocéntrico. Mentiría si lo negase rotundamente, si bien dudo bastante que sea mi peor o más grave defecto. Pero la realidad de porque me leo, y porque me gusta hacerlo, es porque me resulta un ejercicio de introspección retrospectiva que me permite conocerme más a mi mismo, y reaprender lo que, en muchas ocasiones, me empeño en olvidar. Pero del olvido, y sus bondades e inconvenientes ya hablaremos en posteriores entradas.
Por otro lado, siempre me han gustado las historias contadas de manera distinta. Me gustan las historias circulares, porque creo firmemente que la vida, dividida en pequeños momentos o vista como un todo, no deja de ser un ciclo continuo que nunca deja de girar. Que no es lo mismo que repetirse, porque cada momento es único.
Es por estos motivos que he querido darle una segunda parte a Puertas Abiertas. Quizá sea porque me siento por dentro y por fuera de una manera muy parecida a entonces. El ciclo llega a su fin o, mejor dicho, vuelve a comenzar una nueva vuelta que espero que en esta ocasión discurra de una manera más lenta y me permita disfrutar más del camino.
En cualquier caso... me siento feliz. Porque he aprendido mucho a lo largo de estos años, y creo que me he convertido en una mejor persona. Suena presuntuoso, y pido disculpas si alguien piensa que no es así, pero puedo asegurar que cada día me esfuerzo para dejar en este mundo un poquito más de lo que me llevo. A veces lo consigo, y a veces no, pero, no se porqué, cada día me siento más agradecido.
En este ejercicio de intentar conocer mi futuro revisando mi pasado, he descubierto que sigo siendo el mismo... y a la vez no me parezco en casi nada. Esto que parece un galimatías a simple lectura intentaré también explicarlo en próximas entradas, ya sea con reflexiones escritas en voz alta, o con historias que intenten disimular la timidez que habitualmente siento al expresar mis pensamientos, ideas y sentimientos. 
De momento puedo decir que, en esta nueva vuelta de la noria de mi vida, no solo veo puertas abiertas a nuevos mundos... apasionantes caminos que recorrer, viajes, que es lo que es la vida. Gente, increíble, toda... aquella con la que me cruzo y la que me falta por encontrar.
En este momento me he dado cuenta de que, si el mundo me abre puertas yo también debo abrir las mías.  Y dejarlas abiertas, y tirar las llaves bien lejos. Por los nuevos visitantes, futuros amigos. O por los viejos que apetezcan de volver.
Por eso la vuelta a este blog. Y  el volver a sacarlo a la luz, después de dejarle coger polvo en una balda olvidada de mi armario de experiencias. Un blog en el que, en ocasiones, he pecado de intentar sacar la lagrima fácil. Y reconozco que a veces, aunque pocas, con intenciones. Pero ahora toca lo contrario. Toca sacar la sonrisa. Toca compartir lo que he aprendido. Las maravillas que me he encontrado, en forma de grandes amigos, una maravillosa familia, un trabajo fantástico en el que puedo crear y ayudar, dos ahijados que quiero con locura... y un futuro incierto, pero sin duda apasionante, que a cada minuto se convierte en presente y no me deja de sorprender.
Ya de paso os invito también a mis otros dos blogs, uno en proceso de creación y otro que espero revitalizar pronto. Cine, series, teatro y quizá música el primero y senderismo el segundo. Los enlaces los puedes encontrar en el margen derecho de esta página o abajo del todo si lo ves desde el movil. Veremos como andamos de tiempo.

Bienvenido visitante. Si has cruzado estas puertas espero que sea para quedarte. Porque aquel que quiere quedarse lo tiene fácil conmigo. Y espero que lo hagas. Porque tengo mucho que aprender de ti.
Si eres curioso y navegas a la deriva por los distintos textos que te ofrezco, disfrútalos (o súfrelos) y juzgalos consecuentemente, contextualizándolos en su momento. Ha pasado mucho tiempo desde que escribi muchos de ellos y, aunque en el fondo no he cambiado mucho, si lo he hecho en la forma. Te los ofrezco tal cual fueron, ya que modificarlos o borrarlos, desvirtuarían sus motivos.
Disculpa mi enrevesada forma de escribir a veces. Mis frases inacabables y mi redacción pretenciosa. Y siéntete libre de comentar y criticar, ya que uno de mis hobbies abandonados es escribir y me gustaría mejorar.

Y sobre todo: Gracias por venir.

1 comentario:

trenosi dijo...

¨El amor verdadero entra por el agujero¨

-Descartes

P.d. no descartes esta posibilidad.