sábado, 31 de octubre de 2009

Sadness

Felicidad: Estado del ánimo que se complace en la posesión de un bien.

He de reconocer que me he quedado atónito al ver cual es la definición que da la RAE a este término. Muchas veces recurrimos al diccionario para obtener definiciones de palabras raras, pero lo realmente raro es encontrar algunas definiciones en el diccionario de palabras comunes.

Según este mismo diccionario, Feliz es aquel que tiene felicidad, es decir, aquel que tiene un estado de animo que... bien, sabéis el resto.

Si he de decir la verdad, hasta antes de empezar esta paródica investigación de google, estaba convencido de que la diferencia entre ser feliz, y estar contento, era bastante grande. De hecho, de eso iba este post. Ahora, no se si vale la pena.

De cualquier modo, y por no desaprovechar estos minutos que me quedan antes de dormirme, trataré de plasmar lo que había pensado, sin influirme por lo que he leido.

Hoy en día la mayoría de la gente no es feliz. Realmente la gente esta contenta. Es facil equivocar el uso de términos tan similares, pero la diferencia es clara. Hoy mucha gente es feliz si:

Esta con la persona a la que quiere
Puede comprarse esto o aquello
Tiene tiempo libre
etc...

El problema de esto es que un día puedes perder aquello que te hacía feliz, y de repente, ya no lo eres. Bien, para mi eso es estar contento. Y hay una gran diferencia, y parte de la misma alma del ser humano.

En mi opinión una persona debería ser o no ser feliz con la vida en su conjunto. Con la que sea, con la que le toque vivir. Es cierto que es complicado, pero, eso es ser. Lo otro es estar. Yo estoy feliz sería una expresión mucho más adecuada para expresar lo que la gran mayoría de la gente dice cuando afirma "soy feliz". Tenemos la suerte de hablar un idioma tan rico como el castellano, que diferencia, sin dejar lugar a ninguna duda, los verbos ser y estar. Si fuesemos anglosajones quizá podríamos equiparar el ser felices con el estarlo. Pero no es el caso. Nosotros vamos más allá, y queremos dotar a la expresión de un sentido de atemporalidad, de incircunstancialidad que, en la mayoría de los casos es mentira.

Sentirse a gusto con uno mismo, ser sincero con uno mismo acerca de lo que se quiere de la vida, vivir según nuestros principios y sacrificar el estoy contento en pos de la felicidad es lo que nos ayudará a decir con convencimiento SOY FELIZ.

A veces miro a mi coneja. Si, es una mascota absurda para un tío de 30 años, pero es lo único que me queda de la mujer a la que más he querido en mi vida, y actualmente, el ser vivo que más compañía y amor desinteresado me da. Y cuando le miro pienso: ¿será feliz? Cuando me acerco al armario donde tengo sus golosinas, lo abro y hago algo de ruido con la bolsa, se pone a correr alrededor mía y entonces se que está contenta. Pero realmente, eso no es felicidad. Es la diferencia, grande o pequeña, que separa la felicidad de un estado de ánimo temporal de satisfacción. Yo espero de veras que sea feliz, pero no lo tengo claro. Solo se cuando está contenta.

Y así somos nosotros. Creo que hay poca gente feliz hoy en día. Muchos se empeñan en vivir según cliches, según lo que se debe vivir, y olvidan que es lo que respondían cuando tenían diez años, al preguntarles ¿Qué quieres ser de mayor? Entonces se consigue un estado muy extraño. Un situación en la que conseguimos estar contentos por cosas que, posiblemente, no nos causarán nunca ser felices. Relaciones superficiales, exitos efímeros, tener una casa más grande, un coche más potente... la eterna lucha por la superación... pero, ¿somos felices?

Yo tengo un objetivo claro, y bien definido. Llegar a ser feliz. Y tengo claro que no será facil. Pero cuando lo consiga, mi felicidad no dependerá de factores externos. Mi felicidad se alojará en mi corazón, en el centro de mi alma, y residirá en el hecho de que soy feliz conmigo mismo y con lo que hago. En que soy sincero y honesto conmigo mismo. En que no apago las voces de mi interior que me susurran al oido que está bien y que está mal.

Hasta entonces intentaré, como todos, estar contento, pasarlo bien, pero sin olvidar mi objetivo. Una meta que va más allá de una absurda e inconcreta definición de la RAE. Un único momento que dure una eternidad. Un momento que se prolongue hasta el infinito.

Otra noche más sin soñar. Otra noche, Lejos de Arcadia.

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