miércoles, 2 de diciembre de 2009

El rumor de las olas

Vagabundeo por las calles observando miles de vidas que pasan a mi alrededor. Conjeturo sobre ellas. Sobre la dirección que siguen, de donde vienen, a donde van... o, a donde creen que van. El mundo es increiblemente grande. Y esta poblado por ese montón de vidas que, en sutil armonía, componen una sinfonía que lo es todo. Una vida común que nos une, aunque a veces parezca separarnos.
Oigo el rumor de las olas a lo lejos. Un leve barruntar que se repite de forma ciclica, inmutable, con el paso del tiempo. Durante semanas puedo ignorarlo. Pero si un día escucho con atención, puedo sentir como el agua se estrella con la arena, despidiendo minúsculas moléculas de agua que impregnan el suelo para, poco despues, borrar las huellas de su paso, evaporandose en olorosas fragancias teñidas de sal.
Quizá sea una tontería, pero saber que estás ahí, pase lo que pase, me alivia. No importa cual sea mi destino, sigues ferrea y no te desvaneces. Esperanza. Eso que a veces olvidamos, pero que si prestamos atención oimos, y podemos hasta palpar con la punta de nuestros dedos.
Eres tu, mi as de guía. Faro para este velero a la deriva. Y lo eres sin saberlo. Y por ello te doy gracias.

Otra noche más sin soñar. Otra noche lejos de Arcadia

No hay comentarios: