sábado, 9 de junio de 2007

Al final, caí

Se veia venir. Tras años resistiendo la tentación de empezar un blog, que se que muy probablemente en cuestión de semanas abandonaré a su suerte, como tantas intentonas pseudo-literarias, he decidido arriesgarme y embarcarme en esta aventura personal, que no tengo realmente muy claro a donde me llevará.
¿El motivo? Bueno, realmente no creo que tenga que darlo, pero soy una de esas personas que les gusta dar motivos de las cosas que hace, aunque muchas veces poco importe. Ya sabeis algo de mi.
Esta pequeña aventura comenzó hace tres años, cuando decidí escribir un blog. Tanto, que cree la cuenta, el blog y tardé aproximadamente diez minutos en olvidarlo. Cual fue mi sorpresa cuando, años despues, y por motivos totalmente distintos e insospechados, vuelvo a recalar en el mundo de los blogs, y me sorprendo al rememorar mi interes por estos pequeños rincones donde todos los que tenemos un ego más grande que nosotros mismos, pretendemos hacer participes de nuestras ideas, pensamientos, relatos y vivencias, no solo a amigos, si no a perfectos desconocidos que tienen la desgracia de caer en estos particulares realitys. Allí estaba la cuenta, y el blog, con tres años de polvo encima, mirandome de forma acusadora y preguntandose porque jamás tuve la decencia de vertir unas palabras en el. Sin embargo, me he dedicado a invadir otros espacios, ajenos, escribiendo en ocasiones más que sus legitimos dueños. Y es que el ego, sin controlar, termina desbordandose.
Al final he caido. Huía de las modas, como muchos hacemos, creando con ello, curiosamente, otra moda: la de huir de las modas. Parece, no obstante, que el boom ha pasado. Y aquí estoy, demostrando que nunca es tarde.
¿Qué quiero ofrecer en este blog? Hace tiempo comencé una historia, en un foro, ahora abandonado. Quizá la retome. O quizá también me autoplagie, plasmando en papel lo que iban a ser cortos de cine (no somos pretenciosos). O quiza hable de alguna de las frikadas que me apasionan, que son muchas. Y muy probablemente, pretenda compartir las insignificantes cosas que me pasen. No lo se. Ya veremos. Pretendo que, si consigo mantenerlo, sea un ente vivo que evolucione segun necesidades del guión.

Todavía la recuerdo. Fue hace ya tanto tiempo. Aunque no se si la recuerdo, o la siento. Es como un desgarro, sostenido, que perdura. Saber que algo te falta, que te han arrancado un pedazo de alma. Sentirse siempre lejos de casa, añorando la sensación de cruzar el zagüan del propio hogar. Un hogar. No una casa, ni si quiera un lugar concreto. Simplemente sentirse seguro. Sentirse en el sitio donde debes estar.
Yo se que una vez estuve alli. Recuerdo sus praderas, de un verde brillante que casi hacia daño a la vista, con un destelleante sol que no quemaba, con manantiales que inundaban praderas, plagadas de arboles que daban dulces frutos. No buscaba nada. Solo vivia. Un sueño, sin duda, pero el más dulce y del que ojalá jamas hubiera podido despertar. Quise hacerlo en aquel entonces. Creci, y me fui de aquella tierra. Ahora soy consciente del fallo que cometí. Porque ahora ya no puedo dormir. Porque ahora ya no puedo soñar. Soy simplemente, otro soñador insomne.
Una noche más sin soñar. Una noche más lejos de Arcadia.

Bienvenidos

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